Pereza
Tengo mucha pereza, todo me da una pereza enorme. Por suerte no suelo abandonarme mucho a esta sensación y pasado el día hago los mínimos necesarios para cumplir con mi cuota de actividad del 20%. Pero desde la patronal no me quitan el ojo de encima porque mi rendimiento a bajado estrepitosamente en cuestión de días. Su primera medida al respecto fue enviarnos a un ser crispante que nos vigile en nuestras horas de estudio.
Este ser crispante enviado por fuerzas superiores (que tú, ni él, ni ella alcanzan a entender, pero yo que las sé, ni me van ni me vienen) se está ganando a pulso una paliza. No por mi parte ya que soy virtuosa y nunca usaría la violencia como instrumento (la usaría como simple diversión), sino por parte de una compañera que empieza a sentirse como la Fonda en "mujer, blanca, soltera busca".
Ayer tras ser objeto de otra intromisión del ser crispante que a partir de ahora llamaremos Lapa-Kid mi compañera sufrió un claro amago de estrés nervioso y empezó a lanzar improperios en arameo. Afortunadamente tres cuartos de hora despotricando sobre Lapa-kid y como destruir sus superpoderes, la calmaron y consiguió volver al tajo. Pero no sé quito el miedo que detrás de cada esquina, cada puerta, cada persona estuviera Lapa-Kid acechando.
La verdad es que aquello tomo tal punto de surrealismo, que nos convertimos en personajes en blanco y negro con música de intriga orquestal. Hoy no he ido a la escena de los hechos por pereza a Lapa-Kid y por que había de hacerme una loboferozmetría a las 3 y me partía el día. Pero mañana seguiremos batallando contra Lapa-kid y su capacidad de acosar.
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