Panallets, Castañas, Boniatos y Chocolate a la Taza aguado Paladín.
Eso es lo que trae a mi recuerdo la festividad de todos los santos y la castañada.
Cuando en el colegío hacíamos panellets para darlos a mami y a papi. Cuando venía la señu Maria Teresa disfrazada de castañera y nos contaba cuentos y cantaba canciones en el patio. Cuando pasábamos por la calle y poníamos cara de perrito abandonado para que nos compraran 6 castañas asadas. Cuando la directora nos daba agua caliente con una pizca de Chocolate y decía que era la chocolatada anual, cobrándonos 300 pelas por barba. ¡Después la gente se queja de los 30 euros de la disco en Año Nuevo!
De pasarme una semana recogiendo hojas por el suelo para hacer un mural del otoño, del invierno de la primavera, o de lo que se terciase. De arrancarle las patas a una pobre vieja castañera de papel Cuche, esperando que llegará el día de la castañada, el día del pseudochocolate, de los boniatos y castañas requemados y de la masa de panellet hasta en el flequillo.