Del Horror vacui al minimalismo, solo hay un paso y ese paso se llama "soy tan rico y tan cool que no necesito muebles".
El fin de año estuve en una casa de estas modernikis. Los dueños dos hijos de pu.. perdón dos hijos de papá. En el comedor no había nada, solo unas paredes muy bién pintadas, eso si, un suelo muy bien embaldosado y un falso techo muy diferente (la palabra es diferente créanme). Pero ni un puto mueble, ni una mesa donde dejar el cubata, ni un perchero, ni una silla para dejar el abrigo, ni un sofá par tirarse a dormirla, ni una estantería para dejar la botella, nada de nada. Y la cocina me recordaba a una cocinita de esas que te regalaban cuando eras niña (las que fuimos niñas y nos regalaron una cocinita, sabrán de lo que hablo), todo eran armarios que si se abrían aparecían; la pica, la hornilla, el horno, la lavadora, el frigorífico, el lavaplatos, el microondas, incluso la tostadora, y otra vez ese techo. El jardín estaba mejor, las luces estaban colocadas el plafones de color verde en el suelo y había una mierda charca, perdón laguito artificial, lleno de flores y velitas. Coño, yo hubiera puesto una piscina, pero no esa marciconá eso si también tenía luces en el fondo del mar matarile matarile. Los lavabos, bueno. Creo que fue lo que más me gusto. Por que al menos allí me pude sentar, eso si, no se si me senté en el lavabo, en la bañera, en el bidet o en un ovni.
La música provenía de un mac portátil, enchufaó a unos bafles muy gansos y lo último de lo que suena en Ibiza, Londres, colonia y nuevayork Por suerte el alcohol no era ni minimalista, ni cool, ni moderniki, ni de garrafón, sinó que eran los clásicos jackdaniels, JB, Cacique, la viuda romero, bacardi, absolut, countreau, ...
Y eso no me chocaría tanto sinó hubiera estado en casa de los padres del dueño de la casa, que era lo más clásico y más cursi y más recargado que jamás había visto. Si aun recuerdo a su madre diciendo que en la habitación de Jordi no se jugaba que se podían romper las reproducciones de las mejores batallas navales de la historia. Que en el salón ni entrar que podíamos manchar, tirar, romper o incendiar algo. Así que siempre acabamos jugando en el portal de su casa y cagándonos en la madre de Jordi y en la rococó de los 80s.
La fiesta estuvo bien, sobretodo a partir del quinto cubata y de descubrir que el agua de la charca aliviaba el dolor de pies producido por culpa de unos tacones muy altos, muy finos y muy caros. El quinto cubata, el sociólogo canadiense, la música, las amigas y el agua de la charca hicieron de esta fin de año una fiesta inolvidable.
jejeje
menuda aventura
lo que habría dado por verte
:-)
Seguro que no lo olvidas!
Un abrazo
y feliz año
mi querida Apio!
Eres... genial!
Perooo, ¿metistes los quesos en una "charca" con floreees? ¿tan mal estabas?
Posteado por alex - 4 de Enero 2005 a las 01:19 PM