¡Oh! ¡Que inmenso placer! Cuando estas cansado y te dejas caer en el sofá cual saco de patatas, y te abandonas al descanso. Ni música chillout, ni incienso, ni libros de autoayudas, ni ocho cuartos. Solo respirar es un puro placer. Y saber que no te vas a mover, porque hoy estás solo, y sino te levantas es porque no te sale del alma, moverte. Llámenme rarita, pero me encanta cuando llego a casa me quito los zapatos y me tumbo y no hago nada, es un placer sin igual.