Lo sé, lo sé. Dos post en un día, eso va contra las leyes no escritas de la naturaleza. Y las leyes de la naturaleza no son escritas porque son cantadas por los más bellos elfos de muslos prietos. Seré todo lo friki que queráis pero me niego a tener buen gusto.
Hoy he recibido la ansiada carta de Maria Antonia, es una carta que cuando llega a casa nos alegra el corazón (Si estoy siendo jodidamente cursi, ir a reíros de vuestra putísima madre a otro blog).
María Antonia es una profesora que tuvimos la suerte de tener en el instituto. Una mujer del renacimiento. Sabía de todo y no tan solo eso hacía que todos quisiéramos aprender. Si dicho así parece un ser horrible. Pero fueron 3 años de mi vida en que ir a sus clases era mejor que encender la tele. (Si estoy blasfemando, lo sé, ahora mismo me voy a fustigar, ¡y no!, no voy a colgar un video mío fustigándome vestida de colegiala, ¡y sin vestir tampoco!, y si, os leo el pensamientos a tajo de guarris).
No he vuelto a tener un profesor así (y me alegro porque eso que me haga aprender cosas contra mi voluntad me parece siniestro,) pero sin duda cuando pienso en el mejor profesor que he tenido en mi vida, viene su nombre a mi cabeza. Era una buena mujer, enseñaba sin imponerse, era cercana y amaba aquello que hacía, a pesar de su edad no estaba quemada por el pasotismo y el desprecio de los adolescentes. Ella venía y nos hipnotizaba a todos cual encantadora de serpientes, no importaba que fuera música, literatura o historia. Conseguía transportarnos más allá de aquellas frías aulas hasta el mismísimo siglo XVI.
Siento admiración por muy pocas personas, pero puedo decir sin duda que es admiración y agradecimiento lo que siento por Maria Antonia. La inmortal Maria Antonia.
Así que hoy cuando hemos recibido la carta en casa, y he visto que le agradaría volver a vernos, me ha dado un vuelco el corazón. Han pasado casi 10 años desde la última vez que la vi, pero la recuerdo como si justo acabara de sonar el timbre de final de clase.
PS: Otro día hablaré de mi nueva victoría, es genial que el gato haya salido de casa, así los ratones campamos a nuestras hanchas
¿Eso de la enfermedad te pone sentimental? :P
Posteado por Céline... - 19 de Diciembre 2006 a las 06:25 PMYo también tuve un profesor de esos en el colegio, pero nunca tuvimos ese buen rollito que te traes tú. Hace poco me enteré de que había muerto, que pena, era un gran tío.
Por cierto, y así ya comento 2 en 1, el que te echó de clase es un capullo, ¿eso se puede hacer? Tú que eres de derecho lo sabrás, ¿no?
Bicos
Posteado por Tuxina - 19 de Diciembre 2006 a las 10:46 PM