Vaya sueño más gilipuertas que no he tenido.
Estaba yo, haciendo limpieza. Primero, ni jarta vino haría yo limpieza, y mucho menos en un sueño. Pues, eso que estaba yo haciendo limpieza y ordenando el almacén. Hasta aquí parece más una pesadilla que un sueño. Cuando de repente me encuentro una lámpara. Lo típico, que te encuentras en un almacén: calculadoras del año de la catapum, sobres, hojas, teléfonos, tóners, lámparas maravillosas, etc. ya saben, si han hecho alguna vez estos menesteres.
Así que como una servidora, aunque dormida, no es gilipollas, pues que cuando se encuentra la lámpara se pone a frotarla. Venga ya! Si esas lámparas solo sirven para eso, que desde que Edison inventó la lámpara y que Ikea la tuneó, que hemos dejado de frotar los muebles.
Así que como es de esperar si frotas una lámpara sale un genio. No, no era el genio de aladino, ese moco azul con voz de uno de los de martes y trece. Era un mozo de pelí barata de los setenta. Y me decía lo típico, que yo ya el corté, y le dije ahórrate el rollo 3 deseos. Y cuidadito con lo que deseas que se te puede girar ¿verdad? Bueno esto último es cuando ¡vendes el alma al diablo!, yo la tengo en contrato de leasing.
Y para ser más surrealista el sueño voy y hago deseos de miss de un concurso de belleza.: que si la paz mundial, que si el fin del hambre (y ojito, la vena verde que por lo visto tengo) que se descubra una fuente de energía inagotable y barata en los próximos 3 años. Venga ya, ¡y mis cojones 23!, desde cuando yo soy altruista, alquimista o adventista ¡¿o como diablos se diga?!
El genio casi tan alucinado como una servidora, ¡bah! y me dice que en los miles de años que llevaba en este mundo no le había pasado algo igual. Que me pase la marca de la crema antiarrugas que usa. Jamás nadie había (mal)gastado sus tres deseos en tres deseos totalmente desinteresados. Y no me extraña, que alguien me mate, que alguien me mate. Así que me concede 3 deseos más, pero esta vez todos debían empezar con Yo, sino los tres primeros no se cumplirían. (uy, uy si, que miedo, que miedo). Es que hasta mi subconsciente onírico se dio cuenta que me había equivocado. Así que pedí los 3 deseos más egoístas y más chorras que se me pudieron pasar por la cabeza. Si ahora si, verdad, así que después de pedirlos, mi subconsciente onírico se dio por satisfecho y me desperté. Eso si con un buen rollo, solo en los no-sueños las segundas oportunidades son tan rápidas y tan bien paridas.
Te concederé tres deseos:
- ¿De verdad puedes concederme tres deseos?.
Sí.
- ¿De cualquier tipo?
Sí.
- ¿Lo que yo desee?
Sí. Gracias por usar los tres deseos. Hasta dentro de mil años.