Mujeres desesperadas a borde de un ataque infernal
Si señores, últimamente estoy rodeada de féminas atacaitas atacaitas. Dejen de pensar guarradas señores heterosexuales y damas lesbicas, todas llevan ropa y ninguna se está refregando. Lo sé soy una aguafiestas. ¿Han visto que políticamente correcta me ha salido la frase de arriba? Ay,¿ estaré mutando en presentadora de la dos?
El hecho es que vivo en Barcelona pero por puro empecinamiento geográfico, porque si cierro los ojos bien bien se podría decir que estoy en la franja de Gaza. Debe de ser la primavera. Sino no se explica que no solo mis compañeras de piso y de curro estén a la que saltan. Vale somos mujeres y somos despiadadas e implacables. Pero solemos darnos una tregua a eso de las 4 para comentar lo cara que está la vida y lo achacosas que estamos todas. Una especie de terapia de grupo pero con menos glamour y con café más barato.
Hoy he estado a punto de enfundarme un chaleco antibalas y la medallita de san pancracio. Pero he recordado que el que lleva la medalla siempre muere en las pelis, además, mi medallita es de los Takethat, una que daban con la superpop, así que no creo que hubiera funcionado. Aunque no hay que despreciar los poderes de san Mark Owen. Jejejeje y me quedo tan ancha después de soltar esto, ¡qué digo ancha, orgullosa de mi misma!
Por cierto hoy he cobrado durante las próximas 48 horas volveré a ser una persona con posibles. El lunes volveré a estar como las putas en cuaresma, en la cuaresma de hace 50 años, claro.