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9 de Septiembre 2008

Lo sé, la he cagado, ¡vale!

Siempre he sido de la filosofía de “ríete de ti mismo que los demás ya se descojonan”. Y el hecho de ser tan desastre hace que sea muy risueña. Vale, todos mis amigos dicen que soy de risa fácil. ¿Que quieren que les haga? Me gusta que la vida sea divertida.

Así que cuando regresé de vacaciones con unas necesidades imperiosas de sentirme de nuevo mujer ¡Dios, sueno como un disco de la Pantoja! Me fui derechita a la peluquería.
Supongo que es en momentos así en que mi cromosoma X se siente más duplicado que nunca. El hecho es que estaba cansada de mi color de pelo natural y del corte de pelo al estilo “Irune de las tierras vascas” y decidí ir a la pelu. Sí, eso tan de mujer ¿y que quieren? en el fondo supongo que soy una de ellas.

Cuando fui a la pelu dije a la peluquera “tengo algo de dinero y mucho hastío así que quiero un cambio radical”. Mi peluquera favorita, que no estaba, se hubiera emocionado al oír esto. Pero la peluquera que me toco era del rollo conservador y me miro al estilo Sobera. Tras ponerme seria y decirle el gran dicho “quien paga, manda” y “con dinero o sin dinero,... sigo siendo el rey” accedió a regañadientes con el cambio de look. Lo de “con dinero o sin dinero” no sé a cuento de qué se lo solté, pero me quedé tan ancha después que estaba a punto de cantarle “las mañanitas”.

Normalmente previo a un cambio de look suelo mirar 4 o 5 revistas de peinados en la peluquería y selecciono 2 o 3 cortes de pelo. Pero está vez fue más difícil, no había nada que me gustara. Así que empecé a hojear revistas de prensa rosa y amarilla en busca de un buen corte. Pero tampoco, después miré en los dominicales y en algún que otro panfleto, la nueva revista del ikea, las ofertas del lidl y finalmente el catalogo del toys’r’us. Por cierto toys’r’us siempre me ha sonado a juguetería nazi, y me da miedo de entrar y encontrar pequeños campos de concentración de juguete con sus pequeñas cámaras crematorias. Vaya me parece que he dado una idea para un nuevo coleccionable. “Campos de concentración del mundo en miniatura” con el número uno un barracón de Treblinka y unas duchas de Sobibor.
Ya me alejé de lo que estaba hablando ¿verdad? Púes hojeando el catalogo de la juguetería comencé a flipar con colores. Y al fin vi lo que quería. Yo quería un playmobil. En ese instante tocó mi turno y la peluquera me preguntó, ¿bueno ya sabes lo que quieres? Y con mis…le dije a la pelu señalando a la playmobil-enfermera esto es lo que quiero.

2 horas más tarde salía de aquella peluquería una copia a escala humana de un clip de playmobil. Pero esta vez con articulaciones, sino no hubiera llegado más lejos de la puerta de la peluquería.

Ya les iré contando, las risas que a costa de este horrible cambio de look nos hemos dado estos días.

<__trans phrase="Posted by"> apio <__trans phrase="at"> 9 de Septiembre 2008 a las 08:27 AM


Comentarios: Lo sé, la he cagado, ¡vale!

Bueno, un poco de gomina y el pelo mojado puede arreglar un pequeño gran desastre. Te lo digo por que soy experta en ellos. Ya nos contaras que tal todo. Felicidades por el blog, me ha encantado. Te seguiré visitando. Besos.

Posteado por el angel de las mil violetas - 9 de Septiembre 2008 a las 01:09 PM

Val val, "rubia de pote con 100 de ..... uh! potser que posis una foto pa los que no et podem veure en directe!

Pero no pateixis! la Pitufina tambe ho es i be que li va!

jo!

Posteado por jo! - 11 de Septiembre 2008 a las 12:40 AM

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