Bueno después de pasar uno de los peores puentes de la historia de la arquitectura universal, la calma.
Si señores, después de la tormenta la calma. ¡Joder! pero una calma de esas de peli de Romero. De las que te ponen los pelos de punta, la piel de escarpia y la ropa interior amorronada.
Ni un comentario, ni una mirada fulminante, ni un aquí tienes tu finiquito. Tampoco ha habido chascarrillos, bromitas y fanfarronadas. Solo ha habido una tensa jornada de 8 horas, bueno 9, que me he quedado una horica mas acabando unas cosicas.
El único comentario al incidente del jueves lo ha hecho un compañero nuestro cuando salía. "oye tú, que sea la última vez que la cagas, hoy no se podía estar en la oficina. Joder que tirantez". Eso ha sido todo. Me he pasado los últimos 3 días de perros para después tener tan solo el comentario del capullo ese.¡Que ni tan siquiera es de mi departamento!. Solo deseo que lo de la tirantez fuera achacado a un problema suyo de hemorroides. Mi cagada es vox populi en la oficina, pero a la vez hay una especie de pacto de silencio en que no se puede comentar nada al respecto.
Y eso me ha hecho sentir incómoda y acojonada durante toda la jornada. En serio esperaba que a las seis me hicieran pasar al despacho y que me dieran el finiquito. Pero han pasado las seis, las seis y diez, las seis y cuarto, las seis veinte, las seis y veinticinco, las seis y media,...han pasado muchas miradas furtivas a l reloj y nada.
Así que yo mañana vuelvo al tajo, hasta nueva orden, sigo siendo una asalariada más, camaradas.
juer, tan grave fue?
con lo que le gusta a los jefes dar la charla, raro que no te dijeran nada.
en fin, poco a poco todo vuelve a su cauce, que remedio.
Posteado por Sainthropee - 5 de Mayo 2009 a las 02:10 AM