Los vecinos de mis padres eran evangelistas. Que coñazo de familia, pero eso sí, la segunda de las hijas estaba bien buena. Joder no me la había ... yo pensando en ella.
Mi madre siempre nos los ponía de ejemplo, yo al igual que mi padre entendía que el hecho de no comer carne cruda o con los dedos ya nos hacía una familia civilizada.
En la facultad salí con una presbiteriana. Lo cierto es que era muy maja, pero bueno, conocí a Cloeh, ¡joder Cloeh!, ella fue mi primer amor de mi vida. Ella no necesitaba ser presbiteriana, ya estaba suficientemente tarda sin serlo.
Y cuando pasaba los veranos con la abuela, nos hacía ir a la iglesia todos los domingos. Ella era luterana. Así que ocasiones de procesar una religión he tenido bastantes. Se me olvidaba de Miriam, Miriam era budista, lo cierto que era budista, vegetariana, naturista, iluminada y demás gilipolleces. Pero era profesora de Pilates ¡y dios! Eso algún día se lo podré contara mis nietos. Como decía oportunidades de procesar alguna religión he tenido. Pero no fue hasta ayer por la noche. Que lo tuve claro. Estábamos Fran y yo en el bar de Rick, como todos los viernes por la tarde. Cuando le pedimos unas especiales a Rick. Y Cuando Rick nos trajo las hamburguesas, no sé, estaban diferentes. Yo lo cierto que con tanta salsa ni lo noté. Pero Fran sí, Fran se levantó de nuestra mesa. Tras 6 años de ir cada viernes, creo que podemos decir que esa es nuestra mesa. Se levantó, hamburguesa en mano, y le dijo:
- que mierdas es esto Rick, te hemos pedido una especial.
- es una especial Fran.
- ¡y unos cojones!
- ¿qué te ha picado hoy Fran?
- ¿qué que me ha picado? Llevo toda la semana a base de verduritas y carne a la plancha, porque Ruth se ha puesto por enésima vez a dieta. Así que llevo esperando toda la semana a poder hincar el diente a tu puta-especial. Y vas y me endiñas ¡esto! (abriendo la hamburguesa y enseñándosela a Rick).
- ¿qué le pasa a la hamburguesa?
- pues ¿no lo ves? Donde está la panceta ¿tio? Donde coño le has metido la panceta. Hemos pedido una especial. Y la especial lleva queso, huevo, pastrami y ¡PANCETA!. Vale que no le hayas metido el Pastrami, tampoco soy muy fan de él ¿pero y mi panceta?. Si hubiera querido una hamburguesa normal, te hubiera pedido una hamburguesa normal ¿no crees?
- Es que no pongo cerdo.
- ¿perdón? Sabes que lo de la gripe esa, no tiene nada que ver con al carne de cerdo ¿verdad so memo?
- si, gilipollas. Lo que pasa es que me he hecho musulman.
- ¿musulmán? Ahhhhhhhh eso de las 72 virgenes ¿no?
- bueno...si
- púes mira, Mohamed Alí, yo prefiero 2 ninfomanas buenorras a 72 cardos vírgenes. Al igual, que prefiero mi especial con panceta que esta mierda de hamburguesa. Así que como el cliente siempre tiene razón, me pones una especial y te vas a mirar a la meca. ¿Estamos?
Yo estaba a punto de aplaudir los cojones de mi amigo Fran, cuando Rick sacó el bate de detrás del mostrador y nos echó de un punta píe a la calle. Lo triste, es que a mi la especial nunca me ha gustado mucho, después el pastrami se me repite toda la noche