- ¿qué haces?
- Le enseño quien es el jefe de la manada.
- ¿eh?
- Si, lo he visto hoy en la tele. César dice que debes mostrarle que tú eres el que manda.
- ¿César? ¿el de los perros?
- Si, y funciona.
- Le he dicho quieto y no se ha movido.
- Claro, es un cactús.
- ¿y?
- César adiestra perros.
- Lo sé, ya te he dicho que he visto hoy el programa.
- Tío Serafín no es un perro.
- Ya lo sé.
- Los cactús no se adiestran.
- Di mejor que no se adiestraban
- Estás chalada
- Ya, pero cuando me forre con mi programa el susurrador de cactús ¿quién es el que estará chalado?
- Tú, tía loca.
- Te equivocas, cuando eres rico, no estás loco, tienes excentricidades.
- ¿cómo adiestrar cactús?
- Exacto. Seré la chalada con los cactuses más dóciles del mundo.