Asfalta Cataluña, esa es la única plataforma a la que destinaría algo de mi interés, que no dinero. Ayer en menos de 2 metros me asaltaron Oxfam, la cruz Roja, unos de unas tarjetas de crédito solidarias y creo que los adventistas del séptimo cielo me estaban esperando en la esquina. Bueno lo de los adventistas ya me lo esperaba, pero ese despliegue de solidaridad no.
Aquello era como un entrenamiento de esos del ejercito yanki. Ir sorteando hippis, ecologistas y demás haraganes. Eso fue un infierno, Coronel. El hecho es que cuando ya había pasado el primer tramo de la Calle Astúries (podían haber escogido una calle más corta, me cago en la leche) me asaltaron unos de Cruz Roja y fueron objeto de mi furia desatada. Creo que hice llorar al chico y todo, mientras la chica solo temblaba mientras intentaba mascullar algunas palabras que sonaban a disculpas.
Después de aquello tuve que aclarar a mi acompañante que yo no era así de borde es que...mi acompañante ya me conoce, así que solo paso una tremenda vergüenza y miedo a la vez. Pero no abrió la boca hasta un par de horas después por miedo que le arrancara la cabeza de cuajo y después bailara sobre su tumba.
Pobre diablo, no sabe que yo solo bailo en la pista de baile, jamás sobre las tumbas.