Las tortugas ninjas en Florencia.
Pues eso, ver las máximas obras de las 4 tortugas, comer pizza y poner verde de envidia a mis compañeros que se quedan currando en agosto.
Por supuesto, me estoy perdiendo, estoy metiendo la gamba, estoy conociendo mucha gente, sobredosis de arte, buen vino y risas.
Y a cualquier problema se sale siempre con la misma frase "estamos de vacaciones, ¡que más da!". No me han dejado alquilar una moto, para emular las pelis americanas. Pero hice una ruta en bici muy glamorosa. ¡Nadie atropella juanetes con la gracia que lo hago yo!
La tosqui-anécdota de hoy: fui a una bodega muy chula y pedí un buen vino, tras tener que aguantar la charla de un cuarto de hora de un italiano engominado (en serio) sobre lo magnifico del vino toscano (agárramela con la mano) le di un sorbo, pedí una cocacola e hice un mini-calimocho. Como llevaba un escote generoso no pasó nada. Eso sí, yo mañana ahí no vuelvo.