Mi exjefe me ha puesto otro apodo. Ya le he dicho que si seguimos así mi tarjeta de visita va a ser un desplegable como esos de las revistas que esconde en el tercer cajón de su escritorio.
"La morcilla peleona". Así es como me llamaron durante todo el día de ayer. Y todo porque vamos a hacer una morcillada.
¿Qué? Las costilladas están muy vistas. Y las morcillas de Burgos son bien buenas.
El hecho es que me envía un email diciéndome que el día 2 van hacer una morcillada, que me apunta un par de morcillas a mi nombre. Y yo le he contestado diciendo que no sería yo la que dijera "esta morcilla no me cabe".
En mi línea según ellos.
Y des de ese comentario, email para arriba y email para abajo, a ver quien la dice más gorda (la morcilla de Burgos, se entiende). Y el nivel inicial era bajo, muy bajo, pero créanme cuando les digo que hemos llegados al sub-sotano del mal gusto.
Me encanta saber que suelte lo que suelte no me va a despedir. Sino lo hizo cuando trabajaba para él, difícilmente lo hará ahora, que mis meteduras de pata no le salpican.
Así empezaron en "Acoso" y ya sabe cómo terminaron: fornicando en su despacho.
Posteado por Jake - 22 de Septiembre 2009 a las 02:23 PMMe acaba de regirar el estómago, muchas gracias.
Posteado por apio - 22 de Septiembre 2009 a las 02:50 PM