Soy una bocazas. Y no dejaré de meter la pata por años que pasen.
El otro día llegó un email donde explicaban que la autoridad portuaria de Barcelona iba a poner en marcha "el levante sin papeles". Si no son del sector esto les sonará a chino. Y no pienso ahora marcarme el vacile de darles una clase magistral de que narices es. Ni a ustedes realmente les importa ni ami me sale la gana predicar en el desierto. La cosa es que como en el email ponía reglamento, directiva y demás jerga legal. Caí como una idiota y me lo leí todo. Si es que es tan fácil engañarme.
La cosa es grave, lo sé, estaba leyendo, yo, una mujer con unos senos generosos ¡leyendo! Que contrariedad, que sin sentido, que desfachatez, que... continúen ustedes con los adjetivos.
Pero no me conformé con leer, a la pregunta de mi jefe "¿alguien se ha leído el email de la APB?" tonta de mí (¿he dicho ya que tengo grandes pechos?), me vine a bajo y confesé mi monstruosidad. No solo eso, sino que a él (a diferencia de ustedes) si que le di la paliza explicándole el rollazo ese del "levante sin papeles". Solo pensaba que lo hacía para sacar un tema de conversación, lo juro. Ni tan siquiera le había mirado a la cara. Sino hubiera visto esa mirada llena de maldad. Y efectivamente estuvimos comentando las consecuencias de que toda esa mierda se pusieran en marcha partir del próximo mes.
Así que con una sonrisa de cabrón me soltó con una voz super-educada y agradable "pues ya tenemos aquí una ganadora, ya sabemos quien va ir de nuestra empresa a la charla que hacen el lunes en el Puerto". " y no olvides tomar nota que después tendrás que explicárnoslo a todos.
Así que este Lunes me toca tomar apuntes. Y me está bien, por bocazas y repelente. Pero lo peor es que sé que la próxima vez me pillaran de la misma manera. Por bocazas.