Parece un nombre de película del oeste. Jefe píes negros.
Estamos en una época en que no se si ponerme camiseta o jersey. Eso es el fenómeno que el corteinglés denomina "semana fantástica". El hecho es que yo ayer iba con mis zapatitos divinos de la muerte y cae un aguacero de mil pares de cojones. Estuvimos apunto de pedir la ciudadanía china, solo quédense con esa idea. Ayer fue un día de mierda en la oficina, nuestra oficina está gafada. Así que mi compi me sugirió de ir a comer al chino. Un chino con galletitas de la suerte, por supuesto. Y cómo yo estaba bastante decaída accedí, ¡total, que más da.!
Comimos los 3 platos, postre, galletita, café y chupito como manda Confucio y rajamos del personal y sobretodo lloramos nuestras penas. Cuando eran las dos y media decidimos largarnos de aquel antro de mala muerte, ahora también conocido como segundo hogar.. Y al salir encontramos la mayor tromba de agua que jamás se pudieran imaginar. A menos que ustedes sean de esas zonas con monzones, que en ese caso cayeron 4 gotas. No llevábamos paraguas, mi compi es propensa a las neumonías cuando se moja hasta los huesos y no puede después secarse. Así que estuvimos ¾ de hora esperando a que amainase. Pero aquello iba a más. ¿Poble Sec? Ayer aquello no era Poble Sec, eran los Rápidos del Colorado.
El hecho es que ya empezábamos a llegar tarde a la oficina, así que ella se santiguó yo me encogí y comenzamos a correr nadar hasta la oficina.
Lo habíamos logrado, habíamos llegado a la oficina. Mi compañera parecía salida de una peli barata de miedo y yo tenía un color morado en mis labios envidia de cualquier gótico. Por cierto, ¿porque en la mayoría de las pelis de miedo siempre se acaba corriendo bajo la lluvia en un bosque?
Se me fue la flapa, perdón. Como decía al fin logramos llegar a la oficina y resguardarnos del temporal. Pero, estábamos equivocadas una de las de administración (la florecilla de pitiminí toca huevos) había echado la llave y estaba escuchando Laura menoPausini a todo trapo y no podía escuchar el aporreo incesante a la puerta. Al final nos colamos, como vulgares ladrones por el acceso a la escalera de incendios de la oficina de al lado. Dios bendiga a los fumadores de estranqui. Y ahora si, y así resguardarnos del temporal.
Una vez dentro, y tras despojarnos de todo lo que se podía uno despojar, si que eso se convirtiera en la mansión playboy. Claro que si vieran nuestra plantilla sabrían que eso es altamente improbable, por muchas orejitas playboy que le pongamos al asunto. Confiscamos el calefactor de la de administración (la misma putaflorecilla de pitiminí toca huevos) y dejamos ahí chaquetas y algún que otro zapato y calcetín. ¡Cuanto glamour se respiraba en la oficina!.
Yo por miedo de ir a la cárcel por crímenes contra la humanidad, la sanidad pública y el uso de armas bacteriológicas sin el pertinente permiso c-7 debidamente compulsado, decidí no desprenderme de mi calzado. Y eso lleva a la razón del post de hoy, mis zapatos dieron tinte, quien dice tinte dice plástico, quien dice plástico dice: que ahora en vez de planta de los pies tengo neumáticos de competición.
Mira que los he lavado veces, hasta con alcohol ¡y esto no se va! Creo que la próxima vez que le de por diluviar mejor me quedo descalza. Total, la de las neumonías es mi compañera, no yo.
<__trans phrase="Posted by"> apio <__trans phrase="at"> 23 de Octubre 2009 a las 08:11 PMSi es que no se puede salir de casa sin la barca neumática dentro del bolso xD
Posteado por Inagotable - 27 de Octubre 2009 a las 11:58 AM