Ayer estaba muy tonta en la oficina. Vale, estaba más tonta de lo normal. Y comenzaron a hablar de la crisis. Yo estaba tonta por lo que no me apetecía hablar de temas tristes. Así que intentaba mantenerme al margen de la conversación. Mi táctica es cantar la mítica "one mariposita" mientras los otros hablan. O si más no lo intentan.
Pero a la vigésimo quinta "one mariposita" mi compi me pregunto "¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?", perdón "¿Qué harías si te despidieran?".
Estaba tan gilipollas (como siempre, vaya) que le solté la primera pollez que se me pasó por la cabeza. "meterme de monja en un monjasterio", casa y comida asegurados.
Y lo de rezar, no puede ser peor que lo de trabajar. Y creo que las monjas pueden comer jamón, siempre que no sea después de las 12 de la noche. Y cuando la crisis se cabe, pues me despido y busco de nuevo un trabajo de verdad.
Sobre lo del problemilla de los hombre (por lo visto están prohibido en los monjasterios) me hago lesbiana y punto. Algo que contarle a mis nietos, como cuando mis abuelos me hablaban lo duro que era la guerra y la potguerra y todo lo que tuvieron que pasar. ¡Ja! ¡Pero ninguno de ellos se hizo lesbiano! Ahí gana apio.