El martes me llamó "J" estaba algo raro y después de preguntarme sobre Atenas, me soltó que hacía 20 minutos que lo había puesto de patitas en la calle. Por supuesto "J" es de la vieja escuela. De mi vieja escuela, para ser más precisos. Y encaró la situación de la única forma que se puede. Efectivamente, le quemó el coche a su jefe.
- Y ahora que eres un parado, ¿que piensas hacer?
- Buscar trabajo
- ¡Esquirol!
- Invito yo, que para algo me han dado el finiquito.
- Solo por no invitar más vale que no me echen del curro.
- Es la primera vez en toda mi vida que estoy en el paro, esto hay que remojarlo.
- Acabaste la carrera con 28 tacos y aún no tienes los 31, tampoco le veo tanto mérito.
- ¿sabes a quién también han largado?
- ¿No hemos quedado que estábamos aquí para celebrar MI despido? Que es eso de hablar de otros despidos, que hagan su propia fiesta. Está es la mía y aquí solo hay un DESPEDIDO.
- ¿Ahora que eres un parasito, que menoscaba más aún nuestra ya de por si deteriorada economía, vas a acabar el proyecto?
- No lo sé, me da tanto palo, que quizás mañana mismo busque otro trabajo para no tener que acabarlo.
- Mierda, se me ha vuelto a joder la tarjeta.
- Si no le dieras tanta caña.
- Cállate gilipollas y paga la cuenta.
- No sé, no sé, ahora que soy un parado deberías ser tú quien me mantuvieras.
- Sino pagas te ahostio delante de los críos, y van a ver como su tío llora como una nena.
- Son mis sobrinos, están hartos de verme llorar como una nenaza. No veas la fuerza que tiene la enana, parece una ricura pero mete unos patadones que ni Ibrahimovic.
- ¡Paga! O le digo a tu sobrina que te arree
- ¡Si señora,Ahora mismo!