Y como un rolo de tambor no para de sonar una estrofa de una canción. Voy vestida de ranchera (la que canta rancheras, no el coche) saltando de champiñón en champiñón en el mundo de supermariobross. Y tras una conmoción cerebral, por darme calimonazos contra un ladrillo que daba monedas de oro, decido dar un salto de fe pero con pértiga y enfrentarme al monstruo de la pantalla final.
Pero para entonces ya me he quedado sin monedas y en este mundo pixelado no aceptan tarjetas de crédito ni cheques gourmet. Y mientras van saliendo los créditos suena esa maldita estrofa de esa canción como un rolo de tambor.
Hay días que es mejor quedarse en la aburrida realidad. Aunque en ella también se repita la misma estrofa de esa dichosa canción.
<__trans phrase="Posted by"> apio <__trans phrase="at"> 22 de Abril 2010 a las 07:53 AM