El otro día hacía años que la virgen de Fátima se les apareció a unos pastorcillos. A mi el uso de la palabra pastorcillos ya me descojona. Púes imagínense acompañado de la palabra Virgen y aparecerse. Así que estuve todo el jueves con la tontería de "hago chas y aparezco en tu rebaño".
Hace tiempo que la virgen no se aparece. Y no me vale eso de que te comiste un nacho clavaito, clavaito a la virgen de Guadalupe. Estoy harta de repetirlo, los snacks en forma de estrellas del rock muertas, santos, vírgenes o jugadores de balompié no son apariciones. Que son propaganda subliminal.
Y eso me llevó a dos líneas de investigación.
La primera: si actualmente la Virgen se tuviera que aparecer ¿Dónde y ante quien lo haría? Yo voto por el metro y ante un grupo de acordeonistas rumanos.
Y la segunda: la virgen es lo más parecido a la Barbie para los católicos. Todos los sitios tiene su virgen y la visiten y maquillan de formas distintas.
Mucha santísima trinidad, pero del caso de la Virgen nadie habla.
Pobre Chuscrist, ya lo debía de pasar mal el día del padre: Una corbata para San José, un poco de alpiste para el espíritu Santo y algo divino para Dios.
Pero y el día de la madre ¿que?: ¡un regalo para cada virgen! La virgen de la Macarena, la virgen de las Angustias, la virgen de Montserrat, la virgen de Lourdes, la virgen del Pilar,... ¡Cuanta colonia barata!
Y con tanta virgen, y que la humanidad no se haya extinguido.