Shhhhhhhhhhhhh hoy he ido al curro en pijama.
Mientras Sabina resumía en el hilo musical me he dado cuenta que en mi calendario ya ponía Septiembre, cara liebre. Cara liebre lo pone de mi puño y letra, pero Septiembre al fin y al cabo. Este es uno de mis meses favoritas, para mi al año empieza en Septiembre y no en Enero como los calendarios se empecinan en constatar.
Como el colegio no empieza hasta dentro de unos días, me he tenido que traer a Carmencita a la oficina.
Me niego a pagar a una canguro por un producto de mi imaginación. Estoy tarada pero estamos en crisis, y como siempre digo "las excentricidades solo son para los ricos, los demás hacemos puras chaladuras". Así que Carmencita está aqu,í con sus plastidecors, gastando material de oficina. Por ahora se lo está pasando muy bien y aún no se ha comido a ninguno de mis compañeros de trabajo, ya le he dicho que sino se come a nadie hoy, el sábado me la llevo a la boda. Que ya me han confirmado que habrá barra libre de cubatas.
Y así están las cosas de tranquilas en la oficina, sino fuera por lo tarada que estoy, me volvería loca. Mi compañera que ha dejado de fumar, y ya no puede levantarse cada dos por tres para echar un cigarrillo, ha adoptado el complejo "peces en el río" bebe y bebe y vuelve a beber. Y por lo consiguiente mea, mea y vuelve a mear. Que eso no puede ser bueno, ya se lo he dicho, pero como no soy una persona cuyo criterio se debe tomar en cuenta, no me hace ni caso. Pero a mi me pone de los nervios tanto viajecito a la fuente y al lavabo. Que cada vez que Carmencito o yo queremos decirle algo nos tenemos que asegurar que está ahí antes de abrir la boca, que ya me he encontrado unas cuantos veces que le digo algo, y cuando la miro para ver la cara que me pone, no está ahí. ¡Y creo que una de esas veces era de trabajo!
Y a pesar de compromisos, de hastío laboral, de mi pobreza y el síndrome post-vacacional estoy contenta porque estamos dentro de uno de mis meses chachis.