El sábado cumplí uno de mis deseos de infancia. Me compré una chupa de motero, de esas con hebillas y cremalleras. ¡Ey baby!, esa soy yo, la más chula de la oficina.
También me compré unos zapatos de señor mayor, pero eso no fue nunca un sueño de infancia. Solo es que me gustaron y estaban bien de precio.
Estoy deseando que haga un poco de frío para estrenarla. Mientras tanto cada vez que abro el armario me viene a la cabeza dos palabras: Lorenzo-Lamas.
Vale no es lo mismo ir con esa chupa en una buena moto que ir con esa chupa en el metro. Pero a mi me gusta pensar que todo es actitud. 10% talento 89% cojones.