Ayer cerré el pack vacacional 2011. Ya tengo los billetes de avión y el hotel está pagado para el próximo viajecito. Y así una vez acabado el 2011 habré visitado 3 países. Siguiendo mi norma de 3 países por año.
Buen año el 2011. Y sin contar que aun tengo pendiente la escapada a Madrid que será a finales de este mes. Pero eso va a ser un fin de semana y Madrid no es el extranjero, así que no cuenta. Y no me hagan cuentas sobre los días totales de vacaciones que este año me he tomado porque ni a ustedes ni a mí (que soy de letras) les saldrán las cuentas.
Y ahora que lo miro, todos los sitios donde hemos estado o estaremos este año tienen algo en común, son de habla inglesa. Y mi inglés se ha vuelto más arrastrado con el tiempo. Saliendo con el British he aprendido algo. Que no te importe una mierda el inglés. Háblalo rápido y si titubear y ellos te entenderán. Y funciona. Total, es lo mismo que hago con el catalán y el castellano (lo hablo rápido, sin titubear y sin preocuparme de la pronunciación) y hasta ahora me han entendido muy bien.
Así que cuando ayer escuchaba en la radio que los niños que cambian de país y tiene que aprender un idioma nuevo lo hacen en 6 meses, en cambio los adultos tardan años. Porque los adultos intentan ver una lógica en el lenguaje y se obsesionan por las normas, estructuras y demás. Mientras que los niños simplemente se lanzan. Y creo que a partir de ahora es lo que voy a hacer con el inglés, me voy a lanzar. Si me entienden bien y sino... ya me harán más preguntas hasta que sepan lo que les quiero decir.
Además no hay que olvidar que tengo una sonrisa encantadora, y cuando digo una sonrisa encantadora, quiero decir una gran delantera. ¡Y con eso no hay mal entendidos que valgan!
No sé si a ustedes les pasa también pero a mi cuando compro un billete de avión me da un subidón de felicidad que me dura un par de días.