El comercial se pasea con su sudadera y sus zapatillas trilladas cabizbajo por la oficina.
El British siempre me dice que tenemos suerte de vivir en una sociedad donde se te permite ir a la oficina con zapatillas de deporte. A mi me sorprende cuando dice cosas como esa. Las zapatillas de deporte son prácticas y cómodas. No entiendo la relación entre la eficiencia de un trabajador y su calzado. Así que nuestro comercial se pasea con su sudadera y sus zapatillas trilladas cabizbajo por la oficina y nadie se escandaliza. Lo único que queremos es que consiga nuevas y suculentas cuentas. Y si lo hace por mí como si mañana entra con pies de pato en la oficina.