Hace tiempo que no os narro una de mis fábulas orientales tres delicias, así que voy hacer los deberes y os voy a contar la fábula de la lombriz, el mechero y la mortadela.
Erase una vez en el lejano oriente de la china, una pequeña lombriz ansiosa de conocer mundo que armándose de valor y de mortadela de olivas se decidió recorrer las tierras inhóspitas de Mongolia.
La pequeña lombriz llevaba varios días de camino, cuando se dio cuenta que la mortadela una vez sacada de su envase se florece de un rápido que es un contento. Y viendo que ya no podía ser objeto de su ingesta, decidió fumársela, porque era una lombriz muy moderniki y abierta a nuevas sensaciones. Así que la pequeña lombriz decidió hacerse un canutillo con las lonchas mohosas de la mortadela de olivas y fumársela. Pero la pobre lombricilla no lleva chesquero encima con que encender el peta de mortadela mohosa. Y recordó que en el cajón de la mesita de noche de su casa tenía un mechero promocional de automóviles Garrido, cogió sus trastos y se volvió para casa.
Moraleja: Si quieres hacer un buen viaje no te olvides las cosas en casa.
Te veo yo asi una referencia como entre el Maestro Yoda, Paulo Coelho y el Fary...ese Fary!!!!!!
Besotes :) Voy ahora mismo a ver qué me puedo fumar de mi nevera...:)
Buena historia, snif, me ha hexo llorar. Solo una kosa: y la lombriz que no sabe encender un fuego kon dos piedras???
Posteado por (H) - 12 de Junio 2004 a las 12:38 AM