Que razón tenía el tío que dijo que nunca llueve a gusto de todos. Resulta que me he pasado dos meses sin salir de casa más que para ir al curro o a la biblioteca, y ahora en cuestión de cinco días se han propuesto que salga los 5 días. Que si conciertos de la Mercè, que si reunión de viejos amigos, que si cumpleaños feliz, que si despedida y cierre, que si mi tío es de cuenca. Vaya que por H o por B me quieren matar. Por su puesto, y conociéndome podré escaquearme de alguna, bueno la verdad es que ya lo he hecho. No hay nada como la excusa (que es cierta) de: es que yo trabajo al día siguiente.
A mi me encantaría ir a todos estos acontecimientos pero ni mi cuerpo ni mi bolsillo lo aguantarían. Reconozcámoslo no soy superwoman ni DaftWoman, ni familia de Pocholo. Soy más bien un animal diurno, por las noches sufro de insomnio pero eso no significa que me las pase de barra en barra hasta el amanecer.
Y claro, esto me lo merezco porque me he pasado los últimos 4 meses lloriqueando a mis amiguetes porque ya no salimos tanto como antes, que si la juerga de sanjordi hay que repetirla, que si hay una disco nueva que me gustaría ir, que si estaría bien ir al concierto de Tal o de Pascual, que si patatín que si patatán,...
Y en otro orden de cosas:
7, 3, 8, 2, 5,1,6,4, ¡mambo!