Cerré los ojos sabiendo que no iba a pegar ojo en toda la noche, pero me abandoné en la cama. Llevaba varias noches intentando retrasar el momento de entrar en aquella habitación y dormir. Pero aún no se ha encontrado una cura eficaz para evitar ese irremediable vicio de dormir que tenemos los seres humanos.
Me puse el camisón, maldiciendo el momento en que pensé mejor un camisón que un pijama, es más fácil de meter en la maleta. Y miré la cama, era más grande que lo recordaba, pero solo era cosa de mi cabeza, la cama era la misma, con la misma colcha cursi y el mismo colchón duro y ruidoso. Mi cuerpo estaba rendido y aunque intenté leer un libro no logré más que leer un par de hojas antes de que mi ojos fueran incapaces de juntar más de tres palabras seguidas con sentido.
Miré bien toda la habitación, en busca de cualquier cosa, que me diera la suficiente razón para coger una sábana e irme a dormir al salón, pero nada. Era tan solo una habitación normal y corriente. Así que apagué la luz y me metí de un salto en la cama y me tapé hasta el flequillo.
Una parte de mi me decía, no te da vergüenza a tus años, no hay nada que temer esta en una habitación SOLA, en una cama SOLA y no tienes nada que temer. El miedo es irracional, y tú te tienes por una persona racional. Pero no es así, el miedo ya me tenía paralizada, en ese momento si hubiera habido un incendio me hubiera visto consumida por las brasas, porque era incapaz de mover ni un músculo. Mi respiración era lenta y pesada me costaba incluso, eso, respirar.
Intenté hacer los ejercicios de relajación, que años a tras mi psicóloga me había enseñado. Pero solo servían para poner más en alerta mis sentidos, cualquier ruido, movimiento,
cualquier cosa fuera de lo normal, eso es lo que estaba esperando, había algo a aparte de mi misma en esa habitación que estaba al acecho.
Y al fin, esa presencia, ese ruido, esa brisa,
solo es tu imaginación, tan solo eso, estas cansada y la imaginación te juega malas pasadas. Pero cada vez, lo notaba más cerca de mí, rondando, esperando que bajara la guardia y que me rindiera al sueño. Quería saltar de la cama e ir al salón o cualquier sitio donde estuviera a salvo, pero era incapaz de moverme, el miedo, el dichosos miedo.
Joder, menos mal que son servicios mínimos...
A ver ¡cuándo tardas en quitarte ese camisón!
Posteado por Jake - 4 de Junio 2006 a las 01:57 PMCada vez que pienso en el examen del día 11 siento exactamente lo mismo...
Posteado por fettuchini - 4 de Junio 2006 a las 10:12 PM