Sabía que estaba allí, lo había oído, lo había notado. No era cosa de mi imaginación, pero necesitaba verlo con mis propios ojos para acabar de convencerme. ¿Pero cómo reunir el suficiente valor para destaparme y salir de la cama y encender la luz.?. En ese momento maldecía el momento en que decidimos no poner lámparas en las mesitas. ¿Porque cojones tuvo que hacerme caso precisamente en eso?
Soy una persona adulta, por favor, me repetía, pero el valor no venía. Ahora ya no era una creencia, estaba segura, lo había podido notar, estaba allí dentro.
Respiré hondo y lancé las sábanas al suelo y corrí hacía el interruptor de la luz. Lo encendí de un manotazo, y miré corriendo toda la habitación, sé que con el rabillo del ojo lo había podido ver, pero su rapidez hizo que cuando pude acostumbrarme a la luz ya no lo viera. Examiné concienzudamente de nueva la habitación, casi de forma enfermiza. Y me senté en cima de la cama, mirando alrededor, en busca de él. La puerta, la ventana, el armario, el dosel de la cama,
nada, ni rastro de él.
¿Me estaría volviendo loca? No, no, podía ser, yo lo había notado, lo había oído, no estaba soñando. Incluso creo que por unos instantes lo llegué a ver, no se podía haber volatilizado. Volví una vez más a revisar toda la habitación, incluso salí al pasillo, pero no, ni rastro de él. Desolada decidí, que ya me daba igual todo, que lo que tuviera que pasar, pasara. Pero que no podía pasar sin dormir, no otra noche más.
Volví a repetir los pasos, apagué la luz y corrí hacia la cama, para enterrarme bajo las sábanas. Estaba dispuesta a dormir, ya todo me daba igual. Pero a los pocos minutos de meterme en la cama, otra vez, estaba ahí, estaba rondando a mí alrededor, no podía dejar de oír sus movimientos, su respiración, su presencia que me volvía loca. Me estaba acechando, estaba esperando cualquier descuido, no sé, que pasó exactamente, solo recuerdo un zumbido penetrante en mi cabeza, y entonces ¡zas!, un golpe seco y todo acabó.
o era un mosquito gigante (aun no es la época buena de mosquitos mastodónticos) o era el duendecillo de la once
¿Su respiración? Nena, o se te metió un cocodrilo en el cuarto, o te has echado un novio rarito...
Posteado por Somófrates - 6 de Junio 2006 a las 07:23 AMSr. Lugarpijodevacaciones: Los duendecillos de la once me dan pánico, al igual que los mimiprecios.
Sr.mamonfrates: el mismísimo Dath Vader
Lo mataste??? azsesina! con la compañía que te hacía...
Posteado por Steloide - 6 de Junio 2006 a las 10:17 AM