Ho Ho Ho, feliz navidad dijo Santa Claus.
- ¿y tú te le creíste?
- ¿Qué iba a hacer? Un hombre mayor, gordo, con barba blanca, vestido todo de rojo, con un saco de juguetes a la espalda y lleno de hollín ¿quién más podría ser?
- Mirado así, tiene su lógica.
- Eso mismo, pensé yo. Así que le serví un vaso de leche y galletas. No sé, supuse que su dieta se basaba en ello, al fin y al cabo es lo que siempre le dejaba de chinorris en Navidad. Y a la mañana siguiente, ni leche ni galletas.
- ¿Y qué te dijo?
- La verdad que fue cuando empezó a hablar que la cosa dejo de tener su lógica. No por el hecho de que Santa tuviera una voz de pito molesta y desagradable, sino por la excusa barata que me puso, por llenarme el comedor de hollín. Que vale, que si me gastará mis cuartos en un buen deshollinador no me hubiera llenado el comedor de mugre, pero es que en pleno mes de Agosto ¿a quién diablos se le ocurre llamar a un deshollinador? Por no mencionar el insignificante hecho que Santa Claus viene en diciembre. O que es un personaje de ficción.
- ¿y no pensaste qué podía ser un ladrón?
- Si mal no recuerdo los ladrones, no suelen ir vestidos tan llamativamente, no suelen traer regalos, más bien se llevan cosas. ¿Y porque narices tenía que entrar por la chimenea?, pudiendo entrar por el patio, que por cierto estaba abierto. Así que lo del robo también lo descarté de inmediato. Mientras tomábamos las galletas y la leche, dios que mal me sienta la leche sola. Le pregunté que carazos hacía allí, en medio de mi salón en pleno mes de agosto. Por un segundo pensé que me traía el Scalextric que le pedí cuando tenía 7 años y que nunca llegó. Pero por desgracia, no era eso, es que por lo visto se iba de viaje con los del inserso para Benidorm, y a medio camino, pues nada que le dio un pequeño apretón. Y ya se sabe a estas edades que no se pueden ni aguantar ni un pedo y mucho menos una diarrea. Así que me pidió por el baño, y después de un buen rato, oí la cadena y una buena ráfaga de ambientador. Al poco rato Santa ya estaba de nuevo, en mi salón, estaba vez su voz ya sonaba tan grave como cuentan en las novelas y pelis cutres de Navidad. Me pidió disculpas, por el atropello y por el Scalextric. Y se fue.
- ¿Y ya está?
- ¿te parece poco? No veas la peste que me dejo en el cuarto de baño, que ni con 3 potes de ambientador. Ese tío, será todo lo mágico que quieras, pero está podrido por dentro.
- ¿Y no te dejó ningún regalo?
- ¿A parte de la peste? Si espera, si que me dejo un regalo. Espera un momento, ahora te lo enseño.
- ¿un jersey?
- Si, exactamente lo mismo que me trajo cuando tenía 7 años y le pedí el Scalextric.
¡Nooo! ¡Jerseys no!
Posteado por Jake - 2 de Febrero 2007 a las 05:21 PMTe lo había dicho... nada de abusar del chino... luego pasan estas cosas... jajajaja...
Pena que no haya venido también Rudolph... sabes que es mi preferido...
Posteado por Brujilla... en recuperación... - 2 de Febrero 2007 a las 08:01 PM