Efraín era un tipo muy normal, ni alto ni bajo, ni gordo ni flaco. Le gustaba practicar todo tipo de deportes pero no era un obseso de la salud y la forma física. Era un tipo más bien extrovertido tenía un montón de amigos. Era un hombre trabajador pero sin demasiado éxito, así que no levantaba las envidias de sus compañeros. Era un tío echado para adelante que se dice. Caía bien, y siempre que se pe montaba alguna juerga él estaba allí, el primero, era un tío alegre y dicharachero.
¿y porqué les hablo ahora de Efraín? Porque Efraín era un tipo así, normal, de día. Pero de noche, Efraín era
supercontable. Capaz de facturar y prefacturar a la velocidad de la luz. Siempre que había un problema con los albaranes, las facturas, las cuentas y la caja, allí aparecía supercontable y lo arreglaba todo. Sumaba, restaba, multiplicaba (incluso alguna vez le había visto dividir) como nadie. Era un virtuoso de las cifras. Todas las naciones se peleaban por contar con sus servicios. Había sido condecorado con todo tipo de insignias y medallas. Los niños le admiraban, las mujeres le deseaban, los hombres le admiraban. Efraín era Supercontable.
Tenga en cuenta que Efraín es un hombre extraordinario, todos sus conocimentos los adquirió viendo repetidas veces los capítulos de Yo soy Bea.
Posteado por Sr. Ort. (perdido en el Amazonas) - 3 de Julio 2007 a las 02:56 PM