El otro día me introduje en las líneas enemigas. Me acople a un grupo de féminas de treinta y pocos. Fue una experiencia nada traumática. Estoy seguro que si el mismo experimento lo hubiera hecho hace un par de años hubiera sido un auténtico fracaso.
Estábamos sentadas en el maremagnum hablando de cosas totalmente triviales como la situación en Palestina, el vertido de fluidos contaminantes al mar, el gobierno de Kim Jong-il,
ya saben cosas de mujeres.
Cuando llegaron ellos para salvarnos de la tiranía de las charlas superfluas y banales. Al principio se unieron a nuestra discusión sobre los beneficios y perjuicios de los alimentos transgénicos. Ya les digo, como mujer aquejada de alergias alimenticias estoy totalmente en contra de este tipo de alimentos. Pero la cosa fue degenerando hasta el punto que al final dimos con una conversación substancial.
Resulta que tres de los que estábamos allí sentado estábamos a dieta. Cada uno a su estilo. S está siguiendo la dieta Juanpalomo, solo come lo que ella cocina, y como no le gusta cocinar, va a base de ensaladas y cosas ala plancha. M está siguiendo una dieta que le ha pasado una amiga que dice que es la repera limonera que pierdes 7 kilos en 2 semanas. Y yo, gilipollas de mí, estoy siguiendo una que me pone mi dietista, lo que comporta un gasto de dinero extra para perder menos peso en más tiempo.
Así que comenzamos a intercambiar recetas hipocalóricas (par los de la ESO bajas en calorías) y consejillos para no aumentar de peso. Entonces los chicos rizando el rizo, y cuando ya estábamos ideando un plan par conquistar el mundo a base de zumos naturales de frutas. Nos interrumpieron diciendo que no les gustaban las chicas delgaditas.
¡Tócate los cojones! Llevábamos más de una hora sentados allí, y a todas las jamelgos que les habían repasado de arriba a bajo no llegarían más de una 38 ¡ninguna!. ¡Amos, no jodamos! les dije. A vosotros nos os gustan los esqueletos, lo admito, pero los michelines os repulsan como a cualquier hijo de vecinos. No contaba que estaba en un grupo de parejitas, ellos se unieron contra mí, LA SOLTERA, y de repente ellas también dijeron a nosotras tampoco nos gustan los chicos cuerpo danone. Vale, todas no, P, no lo dijo. Claro que su novio es profe de gimnasia en un insti, y él tío parece un auténtico Atlas (para los de la ESO, nuevamente, que está muy cachas, vale).
Pobreta solo sonrío, y le toco el estómago, seguro que se hizo daño al tocarlo. Así que de repente a todos nos gustan las parejas entraditas en carnes. Y si hacemos dietas o vamos al gimnasio es por sentirnos mejor con nosotros mismos. ¡Venga ya! atajo de hipócritas. Y qué será lo próximo ¿que la política armamentística de de Corea del Norte no es nada preocupante ya que tan solo es un sistema de autodefensa?.
Allí se callaron todos, se hizo un incómodo silencio, y de repente no sabíamos de que hablar. Hasta que le bueno de R, comenzó a hablar de la situación de la banda ancha en España comparada con otros países europeos. Y allí estuvimos enfrascados otra horita, mientras nos acabábamos nuestro riquísimos helados de 4 euros.
A mi tampoco me gustan las que tienen una talla 38 o menos. Eso es esquelético para mi gusto.
Posteado por Jake - 17 de Julio 2007 a las 02:29 PMMe parece muy bien! Que no me entere yo que mira lascivamente a una de esas lolitas.
Posteado por apio - 17 de Julio 2007 a las 02:35 PMYo no he dicho nada de la edad.
Posteado por Jake - 17 de Julio 2007 a las 07:56 PM