Vuelvo a tener voz y voto. Quizás mi voz se asemeje demasiado a la de Joaquin Sabina y mi voto sea inútil. Pero así es la vida. Ahora me pueden llamar Chabela Vargas.
Bromis a parte. Ahora mismo estoy contemplando unas vistas privilegiadas de la ciudad y en vez de dejarme llevar extasiada por la belleza estoy pensando en que poner en el post de hoy. Algo no funciona. Afortunadamente vivo en un mundo en el que las cosas no se caracterizan por su funcionamiento.
No estoy preparada para la vida de adulto me he dado cuenta así que como una niña ya no soy (lo sé a simple vista nadie lo diría, pero ¿cuántas niñas conocen con un portentosos pecho como el mío?). He decidido que me voy a transmutar en termostato. Ahora frío, ahora caliente, frío, caliente, frío, caliente,... achús.