Basado en hechos reales totalmente desvirtuados.
El miércoles por la tarde estaba yo tan tranquila ahogándome mientras picaba un conocimiento de embarque. Cuando de repente veo un tumulto a mi alrededor hablando cosas sin sentido y llevándose las manos a la cabeza.
Y yo que me distraigo con facilidad pues así no había manera de trabajar como dios manda. Así que dándome por vencida, dejé mi trabajo e intenté averiguar a que era debida tal algarabía.
Poniendo en funcionamiento mi oído biónico (gachun gachun gachun) pude descifrar algunas cosas. Alguna de mis compañeras le había dado una especie de ataque místico y había dejado de respirar.
Pues vaya cosa, yo llevaba un buen rato en pleno ataque de asma y no por eso había dejado de girar el mundo. Así que confraternizándome con la pobre tísica de las pelotas y ansiosa de más carnaza, agudice mí sentido arácnido (fiu fiu fiu) y puse al máximo mi whisperXL (piiiiiiiiiiiiiiiiiiiii).
La compañera en cuestión lleva semanas dando por culo en la oficina con su tos y sus pitos y sus agonizantes intentos de respirar. ¡Coño! Y yo no me he enterado. Claro con esta maldita tos, no me llega a penas información.
En ese momento mi exjefe me coge del hombro y me dice la ambulancia ya está aquí. Cosa que me confunde. Porque yo ya no soy la recepcionista, a mi esas cosas me la traen flojas. ¿No sé que esperaba? ¿Qué, como también soy asmática, la acompañara? Si yo no soy altruista ni nada de esas cosas tan feas.
Resignándome y viendo que esa era una buena excusa para escaquearme del curro. Le pregunto ¿y para quien es? En ese momento el exjefe me pone cara de yonki de barrio marginal. Y yo me altero, maldita sea mi jefe esta chungo y piensa en mi para que le acompañe. ¡Chupaos esa mindundis!
A estas alturas, ustedes al igual que todos mis compañeros ya se deben de haber dado cuenta, que la ambulancia era para mí, y la tísica de las pelotas era yo y solo yo. Yo me di cuenta justo en la ambulancia cuanto fue a mi a quien le pusieron la mascarilla de oxigeno.
¡Jo! Se formó un gabinete de crisis y me excluyeron. Ni siquiera escucharon mi opinión al respecto. En mi oficina me hacen mobing. Pensé que al menos en algo así se me pediría mi opinión al respecto.
Pero ¡eso si!, son tan majos que en la ambulancia me dejaron echarle los trastos al ATS y achacarlo al oxigeno.