María se había puesto un vestido, se había pintado los labios (con ese pintalabios que le había parecido tan caro pero que el sentaba tan bien que acabó comprándose y comiéndose la cabeza durante días) y había bajado las escaleras rápidamente.
María llevaba 4 meses sin salir con un chico. Y 7 años desde que tuvo su última cita. Demasiada vieja, para ponerse nerviosa, demasiado joven para encerrarse en su casa y comprarse cientos de gatos. Que por otra parte le horrorizaban.
Durante todo el trayecto hasta la plaza del sol iba pensando "debí ponerme el traje chaquete, aquel gris perla, aquel que me sienta tan bien. ¿por qué no me habré puesto el traje chaqueta?" El vestido era bonito, pero
ella no era chica de vestidos. Pero su madre siempre decía que a los hombres les gustaba más los vestidos. Y si aquella noche iba bien
un vestido es más fácil de quitar que aquel traje chaqueta. ¿Pero que hacía pensando en eso? Si lo más seguro es que fuera un desastre. O peor que le cayera bien, pero solo eso.
¿Por qué narices tenía que pasar por todo eso? ¿Y se le escribía un mensaje diciéndole que se había puesto enferma y que no podía ir, que lo lamentaba mucho? Pero ya era muy tarde a penas, quedaban 15 minutos. No podía hacerle algo tan feo.
Para variar, llegaba pronto. Es odioso llegar pronto, pareces ansiosa y además te desespera y eso se te nota en la cara.
Nunca encontraba aparcamiento por Gracia, y aquella noche si. Y a al primera, y cerquita del restaurante, aquello que cualquier otro día la hubiera animado solo hizo que desanimarla a un poquito más. ¿pero porque no se puso el traje?
¿y si ganaba un poco de tiempo mirando las tiendas hippies de la zona, necesitaba un quemador para las esencias y el incienso que le habían regalado los de la oficina? Pero tampoco es que ella usara mucho esas cosas. El día que se lo regalaban o quizás cuando lo veía en algún escaparate de vuelta a casa. Pero si entraba, seguro que ya llegaría, tarde y entonces sería él, el que estaría con cara de agobiado. Cuando llegara a casa quemaría ese vestido. No, lo más seguro es que lo volviera a meter en el armario para volver a ponérselo en otra ocasión, y volver a pensar ¿Por qué narices no se había puesto unos pantalones?
Cuando llegó a la plaza del Sol, 5 minutos antes de la hora acordada, allí estaba él. Estaba muy guapo, se había afeitado, llevaba las lentes de contacto y ¡horror! su mismo vestido. ¿Por qué narices no se puso el traje chaqueta gris?