Muy buenas ladillas y gente de mal.
Es viernes y como muchos otros desgraciados estoy trabajando. Vaya en mi oficina estoy rodeada de estos desgraciados. Ayer fue un día de esos chungos, de los chungos, chungos. Tan chungos que el corrector ortográfico se empecina en llamarlos changos. ¡Dejen hablar a la mayoría silenciosa!
Y cómo hacen los bipolares me gasté una fortuna. Una fortuna en algo de lo más vulgar e innecesario. En lencería fina. Yo con lencería normal pasó, jamás me había gastado esa burrada en bragas y sujetadores. ¡Que son bragas!
No contenta con eso, y para alejar mis pensamientos, más bien para anularlos por completo, me gasté otra burrada en cosicas para la Navidad. O cosas tan fútiles como velas, inciensos, bolsitas aromáticas,
Y ahora en vez de arrepentirme, vale me arrepiento un poquitín, estoy deseosa de comprarme un corpiño que vi ayer y no me compré porqué había mucha cola en la caja. Me encanta deprimirme en Navidad, ya que el consumismo ahoga mis penas.
Pruebe con las botas negras de cuero hasta la rodilla con tacón kilométrico. Suele desdeprimir bastante, sobretodo a mí.
Posteado por Osiris - 11 de Diciembre 2007 a las 01:29 AM