Acabo de llegar a casa. No he dormido, bueno quizás una cabezada si que haya hecho. Así que corrijo, no he descansado.
Ha estado bien, he tenido de todo en un día. Tranquilidad, buen rollo, risas y después un poco de marcha y otra vez tranquilidad. Desayuno romántico a las 12 de la mañana y un placentero dolor de cabeza y de articulaciones.
Afortunadamente salí pronto del curro, muy-muy pronto, así que pude dedicar la tarde, la noche del viernes y la mañana del sábado a disfrutar. Amigas, alcohol, drogas, música buena, buen rollo y mis puntos suspensivos. Lo tuve todo, no tuve que renunciar a nada, conseguí la cuadratura del circulo y un tazo de pikachu.
Y si, llevo una estúpida sonrisa en la cara. Pero que gilipollas que podemos llegar a ser a veces. Llevo bastante tiempo un poco agonías-autista-capulla y durante unas horas el mundo se para y dejo de ser la apio-depresiva para ser la apio-sonrisagilipollas, pero es tan duro llegar a casa y volver a ser la apio-autodestructiva.
Y a pesar que ya he empezado a comerme la olla (sin p delante) sé que tengo aún esa sonrisa de gilipollas y que esta tarde si suena el móvil volverá a ponerse esa cara. Y la intentaré disimular por miedo que una simple mirada me la robe.
No quiero que llegue Marzo. No quiero perder esta sonrisa. ¿Quizás tenga todo el mundo razón? Disfruta el momento. Ojala no tuviera este puto defecto mío de analizarlo todo hasta descomponerlo todo a mol. Y después volverlo a componer para volverlo a analizar. Ojala el resto del tiempo fuera capaz de vivir en stand by, como durante esas horitas. Y a pesar de todo sigo siendo heterosexual.
Yo tampoco quiero que llegue Marzo
Posteado por Roc - 2 de Febrero 2008 a las 09:07 PM