Yo tengo un amigo que se llama Ramón. Yo tengo una migo que se llama Ramón ¿cómo se llama mi amigo?
Estoy siguiendo un proceso de erosión-omisión-mutación lo cierto es que el proceso empezó el lunes. Y yo me siento exactamente igual que el domingo. Buenos quizás un poco más incómoda porque el domingo me lo pase en pijama. Creo que este método no funciona, me han tangado. Tangar no es pegar con un tanga como muchos puedan creer, tangar es otra cosa. Es algo más relacionado con los calcetines y la energía electroestática.
Así que esta mañana, nada más levantarme he llamado al ser misericordioso y truhán que me vendió este método. Lo sé, me levanto a las siete de la mañana y no son horas de llamar a una casa respetable. Pero ese ser misericordioso y truhán no vive en una casa respetable. Bueno lo cierto es que la casa era muy respetable, pero desde que vive él que ya no lo es tanto. Se podría decir que no lo es para nada. Pero es algo que a la casa no le gusta que se mencione, así que hagan como si no lo hubiera mencionado.
Tras oír un hilillo de voz ronca y distorsionada le he gritado un hola patán ¿qué estás vivo? y después un pi pi pi pi. Rauda y veloz mi mente ha hecho unas sinapsis y unas tortitas para desayunar y ha llegado a la conclusión que mejor empezar con cereales y un café y que la línea se había cortado. He vuelto a llamar y está vez el hilillo ronco de voz era más claro, he entendido todos y cada uno de los improperios que ha soltado hacia mi persona y la de mi madre. Que según él no es tan santa como yo creía. El hecho es que los resultados de este método son a largo plazo. Será hijo de la gran yo no creo en los largos plazos. Para mi largo plazo es sinónimo a eternidad, y la eternidad no existe, a menos que esté en la sala de espera de un especialista de la seguridad social, pero eso está en otra dimensión. Y no es cuestión de ponerse de hablar de metafísica a estas alturas. No sin un paracaídas. Por cierto me encanta como suena paracaídas en inglés. Pero lo que realmente que me gusta del paracaídas es que se abra cuando se tiene que abrir.
Me la han vuelto a dar con queso. No sé cuanto aguantara mi paciencia a este método de largo plazo y escasos resultados. Pero lo que tengo claro es que en cuanto me cruce a ese ser misericordioso y truhán le doy una paliza o le canto algo. Lo que en ese momento encuentre más inhumano.