Mientras el sueño no venga mareo la marrana. Y no hay nada mejor para marear la marrana como el alcohol barato y el sol de verano.
Quiero que llegué ya las vacaciones y salir de esta obligación de madrugar día si día también. No logro quedarme dormida antes de las 3 y me levanto todo los días a las siete. Pero estoy despierta desde las seis intentando arañar un par de minutillos de sueño reparador. Y como dice el refrán cuando el demonio tiene insomnio mata quebrantahuesos con uranio.
Ahora pongan la música de el hombre y la tierra o la de los documentales de nacional geographic. Y visualicen un demonio (de los de toda la vida de los rojos, con cuernos, tridentes y rabo con una punta en forma de saeta) espeñando a un pajarraco enorme y después bombardeándolo con isótopos de uranio. Solo he dicho isótopos porque era el equipo de béisbol en que jugaba Homer Simpson. Ustedes pueden imaginarse que lo bombardea con un lanza-misiles o un tirachinas. Es su imaginación, no me meteré con ella. Esta vez.
Pues yo soy ese ¿demonio? ¿quebrantahuesos? ¿isótopo sexy de uranio? No, yo soy ese dominguero que lo ve todo mientras se maldice por no haber traído la cámara de fotos. Si no sé porque te gastaste tanta pasta en una cámara tan cara si después nunca la llevas que dice su esposa mientras intenta captarlo con la cámara del móvil. Que no tiene zoom ni nada. Y aunque sabe que saldrá una mierda foto ella pulsa el clic.
No sé que coño quería escribir hoy aquí, pero acaba de llegar mi jefe así que hasta aquí, por hoy.
¡Ostras! ¿porque en días como hoy no tiraré de borrador?