Vigila tus espaldas que del resto me encargo yo.
Y acto seguido le asestó varios navajazos en el vientre.
Moraleja, no te fíes de alguien que lleva un cuchillo carnicero y muy malas intenciones y te dice "confía en mi".
Si ladillas y gérmenes, hoy me he levantado galletita de la suerte. No, nadie me ha clavado un cuchillo, solo es que me apetecía compartir mi gran sabiduría con el resto de simples mortales.