El lunes me levanté como me levanto todos los lunes, de golpe. Eran las 5 y aún podía dormir dos horas más. Pero por alguna razón me pareció oír el teléfono, y tras comprobar que mi imaginación a parte de insomne es una gran cabrona, intenté volver a conciliar el sueño. ¡2 horas son 2 horas!
¿No sé porque a estas alturas sigo engañándome pensando que podré volver a quedarme dormida? Así que tras hacer el ventilador (no la posición del Kamasutra sino la de dar vueltas en la cama) durante 1 hora en la cama me levanté de un humor excelente.
El resto fue igual que cualquier otro día laborable hasta el momento de salir por la puerta. Cuando fui a abrir la puerta para mi sorpresa no se abría. Primero me puse nerviosa pero tras 20 minutos de intentar abrir la puerta de todas las formas imaginable (incluso con la llave y girando el pomo de la puerta) entré en pánico. Ya llegaba 30 minutos tarde al curro cuando la dichosa puerta al fin se abrió. Y no sé porque pero ayer mi casa quería que me quedara con ella y creo que el sentimiento era mutuo. Pero eso no quita que la actitud que mi casa está adoptando últimamente me está poniendo los pelos de punta.
<__trans phrase="Posted by"> apio <__trans phrase="at"> 1 de Octubre 2008 a las 08:12 AMEs hora de que se replanteen su relación.
Posteado por Jake - 1 de Octubre 2008 a las 12:45 PM