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8 de Octubre 2008

Taladrando

Y siguiendo con mi vena mística ayer me compré una preciosa taladradora black&decker. Toda mujer debería tener una en su fondo de armario es lo que llaman “un básico”, creo.
Es que estoy en esos días en que y una se siente tan ñoña, que ve un taladro, una caladora o un bonito inglete y no puede hacer otra cosa que poner ojitos de cachorritos y voz de niña y decir “es tan monooooooooooo”.
Así que ayer tras salir de la peluquería cuando la vi en el escaparate me dije, “¡que narices, me merezco un caprichito! A demás hoy me han dejado guapísima en la pelu, ya no eres un putoclipdeplaymobil”. Y excitada cual colegiala tras salir del taller de manualidades (tómese en el sentido que se quiera) entré en la ferretería. A mi las ferreterías me emocionan casi tanto como los mataderos. Y le dije quiero “un taladro potente” he de decir que esta frase no es mía que la saque de una película que vimos el otro día en la tele a las tantas en una cadena local. Bueno, lo cierto es que es increíble que recuerde el dialogo… Perdón, ya divagaba. El hecho es que me saca una mierda taladro por 27 uros, menudo bajón, no se juega así con los sentimientos de una mujer ovulando. ¡Y encima ni era rosa ni nada! Así que con voz de estibador le dije “¿esto es lo que tú entiendes por potente?” esto también lo saque de una película. Y el hombre me guiñó el ojo y supe que a partir de entonces nos íbamos a entender. Ese era el guiño del sector. Después de desviarme durante más de 4 meses para pasar por una obra sé reconocer ese guiño. Y me sacó una preciosidad color verde comando y naranja 82, que llevaba mi nombre escrito en luces chillonas de neón. Esto era una metáfora lo que realmente lleva escrito es black&decekr y el número de serie. Vale es mucho más cara que la otra que me había enseñado, pero en cuestiones de taladros, confíen en mi no es cuestión escoger las gangas. La calidad ante todo, quizás me lave el pelo el resto del año con champú del Mercadona pero tengo en mis manos un buen taladro.

Y por supuesto, después de pedirle al señor que me enseñara una buena broca del 6 ambos nos ruborizamos y estuvimos hablando un buen rato de cáncamos, tornillos, alcayatas y embellecedores, hasta que finalmente me puso encima del mostrador la broca.

Corrí hacia casa porque deseaba probar ese taladro de inmediato y tras cogerlo supe que había química ese ¡era mi taladro! Tras un par de perforaciones vi que me había puesto perdida, ¡malditas paredes de los pisos de Barcelona! Y tuve que darme una buena ducha y limpiar toda la guarrería.

Entenderán que después de una tarde así ayer no podía dormir de la excitación así que me puse a hacer un poco de trabajos manuales hasta que rendida me quedé frita.


Este post está dedicado a C, majete. Que cómo decían los griegos “mente limpia, en ojete limpio”.


<__trans phrase="Posted by"> apio <__trans phrase="at"> 8 de Octubre 2008 a las 10:08 AM


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