- De verdad, no eres nada romántica.
- No, yo soy más neoclásica.
- ¡Ves! A eso mismo me refiero.
- ¿Al movimiento estético que surgió en el siglo XIX caracterizado por la exaltación de la cultura romana y griega clásica?
- No
- Entonces no se a que neoclasicismo te estás refiriendo.
- Al neoclasicismo de ir cogidos por la calle de la mano.
- Ahhhhh te refieres al neoclasicismo Palomasanbasiliesco.
- Se supone que el gracioso debo ser yo.
- ¿en serio?
- Eso decís las tías, que os gustan los hombres que os hagan reír.
- A mi me gustan los tíos que se duchan a diario.
- ¿y los que te hacen reír?
- Solo si se duchan a diario.
- Y dale con la ducha.
- ¿te gustaría que yo no me duchara y oliera a perros muertos? No ¿verdad?
- No, pero, no estoy contigo por que te duches cada día
- Ni porque sea romántica.
- No, está claro que no.
- ¿Entonces que más te dará que yo sea o no sea romántica?
- ¡Joder! Para variar, estaría bién.
- ¡Ok! A mi terroncito de azúcar ¿quién es la cosa más dulce del mundo? ¿quién es la cosa más linda del mundo? ¿A quién le voy hacer un traje de saliva?
- Vale, déjalo ya, neoclásica.
- Como tú quieras mi corazón de gominola.
- He dicho que pares.
- Ya paré mi caballero de brillante armadura.
- A que empiezo yo con los chistes.
- Vale, gilipollas
- Pues, eso vale, imbécil.
Pues a mi me mola.
aunque no entiendo eso de neoclasica, esas cosas se refiere a las columnas friiiias y tieeeesass ag.
ejjeje
un abrazo.