Y la niebla nos invade. Como molaba estar en el tajo. Trabajo en uno de esos edificios de veintitantas plantas con muchos ascensores y muchas ventanas. Rollo jungla de cristal. Ya se lo dije a mi santa madre cuando empecé a currar aquí:
- Mamí-guapi, como mola, trabajo en el Nakatomi Plaza
- ¿ein?
- ¿te acuerdas la peli de Bruce Willis?, esa en que dice muchos tacos, chascarrillos y se carga a los malos con toda la chulería, que puede tener un cincuenta medio calvo
- ¿Norte? Macuquicuqui no ha vuelto hacer nada ¿Verdad?
El hecho es que Barcelona desapareció bajo la niebla. Y sobre la niebla, nosotros. Como una mala película de vampiros italiana de los setenta. Fue genial, a mi no sé porque me dio por alucinar pepinillos y comencé a cantar dragones y mazmorras y ya la habíamos liado. Porque no hay nada que una más que las canciones de dibujos infantiles. Y ha servido para comprobar que no soy la única que hace el gesto del arco cuando canta lo de tú el arquero.
Lo gracioso vino cuando la bruja del 71 bajó a lo Cruela de Vil y N dijo: ahora ya sí ¿título de la película? Gorilas en la niebla. Nos estuvimos riendo durante casi una hora. Creo que aquello no era niebla.
La niebla siempre me parece la puerta a otro mundo, el de la risa quizas.
un abrazo
A mi la niebla siempre me recuerda el lavabo de un instituto. Y sí, si que había risas allí dentro, tiene usted toda la razón. Es el portal al mundo de las risas.
Posteado por apio - 3 de Noviembre 2008 a las 02:37 PM