Porque mis amigos tienen que regalarme un GPS estas Navidades.
El jueves quedé con Jota para hacer un café y unas partidillas en su casa. Me he aprendido el camino de memoria desde el metro hasta su casa. Así que ya tengo calculado que des del curro hasta su casa tardo 27 minutos, 30 si la tienda esa de ropa está abierta.
Este jueves, mismo, Jota y yo habíamos quedado para que le diera una somanta palos en la wii. Pero cuando estaba de camino, recibo un bonito sms, el cual pude descifrar gracias a la piedra roseta. Porque el muy majete estaba en casa de un coleguita (palabras suyas no mías) viciandose con la xbox. Así que en vez de ir para su casa prefería que le pasara a buscar a casa del coleguita y así yo también podría echar unas partidillas con ellos. Después de cerciorarme que no estaba hablando de hacer un trio. Todo un descanso después de conocer a su coleguita. Me fui para allí, aún sabiendo que esa tarde me quedaba sin comerme un colín, su colín, para ser más exactos.
El problema es que su coleguita vivía en Passeig de Sant Joan, Barcelona, Cataluña, España, Europa, el planeta Tierra, el sistema solar, la vía Láctea, el Universo.
Si conocen un poco Barcelona, bueno la conocen bastante, la conocen y punto. No les causará mayor problemas si les dicen quedamos en Passeig de Sant Joan con altura Valencia.
En mi caso es como pedirme que haga una expedición al Amazonas. Yo sé como llegar a la calle Diputación y no a Passeig de Sant Joan, que está tres calles más para abajo, pero eso solo es un pequeño detalle que no tendremos en cuenta. Así que batiendo mi propio record tardé 35 minutos de llegar de casa de Jota a casa del coleguita. Eso si, de casa del coleguita a casa de Jota solo tardamos 5 minutos. El tiempo es relativo y siempre cuenta en mi contra, so cabrón.
Ayer, en contra de mi buen sentido común. Estoy segura que lo tengo, seguro que tengo uno de esos, lo debí comprar en alguno de estos impulsos consumistas irrefrenables que me dan. Pues ayer nos fuimos a la Maquinista, centro-killo-comercial por excelencia. Y si, entré en el media-market (muahahahahaha). Nada que des de la Vall dHebronhasta el Media-market tardé la friolera de dos horas y media. ¡E iba en coche! Y es por eso que necesito un puto gps, ¡pero ya!
Realmente no sé porque insisto en salir del país, si no conozco ni mi ciudad. ¡Ah si! es mucho más divertido perderse en ciudades donde las calles tienen nombre raros que perderse buscando la calle Diputación.