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9 de Febrero 2009

Dígamos que hablo de Madrid


Imaginemos que ustedes trabajan en una oficina, ni muy grande ni muy chica, una oficina normal.
Imagínense que hoy van ustedes a trabajar a esa oficina normal como hacen normalmente los Lunes normales.
Imagínense que hoy al entrar uno de los jefes de su oficina principal les pilla en pleno descojone general.
Imagínense que uno de sus compañeros le han pasado un email de esos que te hacen sacar lagrimones (como puños de Bud Spencer) de la risa.
Imagínense que las risitas se extienden por toda la oficina más rápido que se extiende un rumor en el tocador de señoras.
Imagínense que de todos los pcs en que en ese momento está abierto el email él se detiene ante el suyo.

- ¿Qué, estamos juguetones hoy? ¿eh? (poniendo la mano sobre su hombro, e incomodándoles así extremadamente)
- Ey, han empezado ellos (a la mierda el compañerismo)
- Ya, ya, a ver, que rule ese email. Que quiero enviárselo a unos amigos. ¡que malo, madre! (riéndose como un loco)


¿A ustedes, pasadas dos horas, aún les temblarían las patas del cague? Porque imaginándose que fuera yo, a mi aún me tiemblan.

<__trans phrase="Posted by"> apio <__trans phrase="at"> 9 de Febrero 2009 a las 12:28 PM


Comentarios: Dígamos que hablo de Madrid

Ya lo estas pasando

Posteado por Inyi - 9 de Febrero 2009 a las 09:29 AM

YO le pasé a un jefe mío un video de una polla que daba vueltas a ritmo de reggeatón. Y no me despidió. Al menos, no al principio.

Posteado por Jake - 9 de Febrero 2009 a las 10:05 AM

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