- ¿qué tal te encuentras?
- Fatal
- ¿un mal fin de semana?
- Todo lo contrario.
Aquella mañana hubiera jurado que por dolerle le dolía hasta el alma. Pero eso sabía que no podía ser, no por que no creyera en eso de las almas. Sino porque con el divorcio su segunda exmujer se la había quedado junto a su coche. Aquel era un buen coche.
Apagó el radio despertador, por tercera vez y se fue hacía la ducha. ¿Si no me ducho hoy alguien se dará cuenta? Pensó mientras contemplaba su cara en el espejo, pero finalmente se metió en la ducha. Diez minutos más tarde seguía igual de jodido pero si lo atropellaban, su madre podría estar tranquila, llevaba los calzoncillos limpios.
Un café, una tostada y un cigarrillo. Hoy tampoco iba a ser un buen día para dejar de fumar. ¿Había sido alguno de aquellos últimos días un buen día?
Antes de salir un último vistazo al espejo "tío, tú un día fuiste una persona" hizo una mueca que pretendía ser una sonrisa y recordó que había tenido aspectos mucho peor que aquel. Ya eran las 8:30, agarró la recortada, las llaves de la camioneta y salió a matar a unos cuantos hijos de puta más.