Son las ocho y media de la mañana y llevo dos cocacolas y un cortado.
Me siento como Obelix, exacto, con un pesado menir en la espalda. ¡No, joder! Soy inmune a la cafeína. Ahora solo me faltaría ser inmune al sueño y lo habré logrado: Seré invencible. MUAHAHAHAHA MUAHAHAHA
Son las once y cuarto de la mañana y llevo dos cocacolas, un red bull, y dos cortados. Ya no me siento como Obèlix, ahora me siento como Marilyn Munster. Y por alguna extraña razón me pica el muslo izquierdo y el omoplato derecho. Y ahora estoy más lejos de ser invencible. pero estoy más cerca de ser inaguantable.
<__trans phrase="Posted by"> apio <__trans phrase="at"> 18 de Mayo 2009 a las 12:17 PM