- ¿Qué te apuestas a que nos lo comemos nosotros?
- No sé, lo que quieras
- Las orejas del perdedor
- Joder! Que gore
- ¡Gore no! Taurino.
- ¿Las orejas con pendientes o sin pendientes?
- Pues en eso no había caído.
- Menos mal que estoy yo aquí, que sino...
- ¿Oye de que hablábamos?
- No sé. Creo que deberíamos ponernos a trabajar
- ¡Bah! Tampoco hay que ponerse tremendistas. A demás falta una hora para salir. No es plan de ponerse ahora.
- ¿Una hora? Buffff ¡tanto!
- Nada, tú ahora te fumas un piti, yo me tomo un café, después lavabo, ordenas la mesa, un par de llamadas y ya habremos terminado por hoy.
- Como me gustaría ser funcionaria
- ¡Si, esos si que viven bien!