Esta mañana me estaba explicando una compañera el plan tan ocupado que tenía para hoy. Solo oírla los primeros tres segundos me he agobiado. Cuando ha acabado de explicarme toda su agenda para hoy me sentía 10 años más vieja.
Es la última vez que al entrar digo "¿Qué tal?".
Eso me pasa por intentar ser amable y educada. Si es que no estoy hecha para convencionalismos sociales.