"Hay barra libre toda la noche". Y eso es lo último que recuerdo, señoría.
No se pueden imaginar en que estado tan lamentable me encuentro ahora mismo. Para que se hagan una idea hoy mi jefe se ha ofrecido a acompañarme a desayunar, porque temía que si iba sola a la cafetería podía perderme. Y Sonia no, no me arrastro, es que cuando camino me gusta hacer surcos en la moqueta.
Eso si, la boda fue genial y la fiesta de después. Tuvo que ir mejor, porque ni acabamos en comisaría ni en urgencias.
Y ahora mismo, mientras todos sufrimos el efecto de la resaca, los novios se están metiendo 8 horitas de avión con destino a las Américas.
En el avión (para ir).
- He cogido los asientos de la salida de emergencias, para poder estirar las piernas y poder dormir
- Mierda
- Pero si así vamos más cómodos
- Es que cuando coges la silla de la salida de emergencias te viene la azafata y te explica que hay que hacer cuando hay una emergencia.
- Tú, tranquilo. Si hay una emergencia y la vida de medio avión depende de mi destreza y fuerza para abrir la salida de emergencia. Tú y yo nos salvamos.
- Pero si tú ni tienes destreza ni fuerza.
- Exacto, y ambos lo sabemos. Así que saldremos con los del lado de la otra puerta de emergencia. Mientras que los de nuestro lado esperan que los que están sentado al lado de su puerta de emergencias les vayan a salvar la vida.
- Eres mala
- Si pero como decía mi amiga Gloria "I will survive".
En el avión (para volver).
- Anda que chiquico, si parece en un jet privado. Si hasta puedo ver desde aquí la cabina del piloto y al piloto. HOLA PILOTOOOO.
- (el piloto se gira) Hola
- Tú no corras mucha, vaya que te quiten los puntos y nos tengamos que quedar aquí.
- Se hará lo que se pueda.
- Cualquier cosa, ya sabes, estamos aquí atrás.